Cien Años

lunes, 6 de diciembre de 2010

¿Qué significa perdonar?

"Perdonar no es lo mismo que justificar, excusar u olvidar. Perdonar no es lo mismo que reconciliarse. La reconciliación exige que dos personas que se respetan mutuamente, se reúnan de nuevo. El perdón es la respuesta moral de una persona a la injusticia que otra ha cometido contra ella. Uno puede perdonar y sin embargo no reconciliarse, como en el caso de una esposa continuamente maltratada por su compañero." ("A definition of forgiveness", por Robert Enright, "The World of Forgiveness", octubre/noviembre de l996.)
"El perdón permite liberarse de todo lo soportado para seguir adelante. Usted se acuerda del frío del invierno, pero ya no tiembla porque ha llegado la primavera".
"El perdón opera un cambio de corazón. Debemos ponerle fin al ciclo del dolor por nuestro propio bien y por el bien de futuras generaciones. Es un regalo que debemos proporcionarles a nuestros hijos. Podemos pasar del dolor a la compasión. Cuando perdonamos, reconocemos el valor intrínseco de la otra persona".
"El perdonar no borra el mal hecho, no quita la responsabilidad al ofensor por el daño hecho ni niega el derecho a hacer justicia a la persona que ha sido herida. Tampoco le quita la responsabilidad al ofensor por el daño hecho... Perdonar es un proceso complejo. Es algo que sólo nosotros mismos podemos hacer...Paradójicamente, al ofrecer nuestra buena voluntad al ofensor, encontramos el poder para sanarnos...Al ofrecer este regalo a la otra persona, nosotros también lo recibimos."
Nota: Tomado de Excerpts from the talks at the National Conference on Forgiveness, Universidad de Wisconsin-Madison, marzo de l995.

Perdonar: El primer paso hacia la sanación

"Perdonar es el camino de la sanación...es el dejar marchar la dureza que se tenía hacia una persona ; soltando todas esas cosas que abrigábamos contra esa persona y soltándola de ese vínculo...perdonar es un proceso que dura toda la vida y se va recibiendo la gracia en cada momento."
Nota: Tomado del libro Sanación Intergeneracional, por el Padre Robert DeGrandis S.S.J. y Linda Schubert.
"La sanación interior total solo puede ocurrir, cuando perdonamos a aquellos que nos han herido, cuando le entregamos por completo al Señor nuestras heridas del pasado. Sea cual sea la experiencia que has tenido, las heridas que hayas sufrido, Jesús quiere curarlas y sanar tu corazón roto. (Ver el Salmo 147:3) Quiere llenar el vacío que hay en tu vida con Su amor. Quiere liberarte de todo cautiverio para que puedas sentirte realizado (a). Después que le hayas pedido a Dios que te libere, después que le hayas orado para que rompa todas las cadenas que te han atado, después que Él haya limpiado todas tus heridas de las cosas que las infectaban, después que hayas perdonado a todos los que te hirieron; estarás listo (a) para pedirle a Jesús que sane tus recuerdos dolorosos. ¡Y la noticia maravillosa, gloriosa, es que Él sanará todas tus heridas!"
Nota: Tomado del libro Forgiveness & Inner Healing, por el Padre Robert DeGrandis S.S.J. y Betty Tapscott.
"El perdón, ciertamente, no surge en el hombre de manera espontánea y natural. Perdonar sinceramente en ocasiones puede resultar heroico. Aquellos que se han quedado sin nada por haber sido despojados de sus propiedades, los prófugos y cuantos han soportado el ultraje de la violencia, no pueden dejar de sentir la tentación del odio y de la venganza. La experiencia liberadora del perdón, aunque llena de dificultades, puede ser vivida también por un corazón herido, gracias al poder curativo del amor, que tiene su primer origen en Dios-Amor. La inmensa alegría del perdón, ofrecido y acogido, sana heridas aparentemente incurables, restablece nuevamente las relaciones y tiene sus raíces en el inagotable amor de Dios." (Juan Pablo II, l-l-97)

POESIA A LOS ABUELOS Y LAS ABUELAS.


Pintas de blanco los cabellos,
y de arrugas los cuerpos,
pero hay sabiduría en tus años,
la producida por alegría, tristeza o por los daños.
Por los momentos más felices,
o por aquellos que han dejado cicatrices,
por el dolor acumulado o los errores cometidos,
por haber hecho hermano al enemigo
o por haber perdido al mejor amigo.
Sabiduría que brota en tus palabras,
en forma de consejos o regaños,
advertencias que deben ser tomadas en cuenta
y no a la ligera.
Tercera edad, que pausas el caminar,
haces lento el hablar,
y poco a poco dismunuyes las fuerzas,
también haces que aprendamos a escuchar.
Por eso abuelita y abuelito,
(si, me refiero a ustedes, los que leen este poema
que he escrito inspirado en su vida)
no te preocupes si te vas quedando sin dientes,
sigues siento el valiente que siempre admiraré;
No te preocupes el ya no caminar aprisa,
así nos tardamos más en llegar a nuestro destino,
y podrás contarme mas historias, de cuando eras niño,
de aquellos tiempos mejores que recuerdas con lágrimas.
No te preocupes si hablas despacito,
que escucharte por mucho tiempo necesito,
que para vivir lo que has vivido
no sé si la vida me alcance.
No te preocupes, no estas solito,
tienes muchos nietos, aunque no conozcas sus nombres,
son todos aquellos que esperan que de allá arriba
les permitan llegar a esa bendita Tercera edad.

martes, 30 de noviembre de 2010

LA FUERZA QUE MUEVE A LA IGLESIA


¿Que es Fe? La Palabra de Dios nos dice:
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1
Muchas veces hemos escuchado a alguien decir: "Yo tengo fe de que Dios me va a ayudar a montar este negocio que Él sabe que necesito para poder vivir bien y cubrir mis necesidades". Pero cuando somos bendecidos con el negocio, empezamos a hacer las cosas de manera incorrecta, no damos facturas porque el negocio está empezando y los impuestos son muy altos, no cancelamos puntualmente a nuestros proveedores, explotamos a nuestros empleados, etc., etc.
O bien Dios nos bendice con un dinero extra para salir de deuda, hacemos algo totalmente distinto con ese dinero, nos compramos un carro, gastamos en lujos innecesarios, etc. En ambos casos después cuando las deudas nos agobian o el negocio fracasa, entonces recurrimos nuevamente a Dios para pedirle nuevamente "un milagrito".
Como hijos de Dios cometemos el error de forzar a Dios a que nos haga un favorcito, a que cumpla con nuestros deseos personales o que simplemente nos cumpla un capricho.
Tener fe en Dios es un acto de obediencia total, es decir, poner ante sus pies todos nuestros sueños, proyectos, metas y anhelos a cambio de que SU voluntad se cumpla en nosotros.
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 1 Juan 5:4
Tener fe en Dios y en lo que puede hacer en nosotros nos indica que debemos dejar a un lado nuestra voluntad, es estar convencidos que para recibir las cosas, tenemos que hacer las cosas de manera correcta, dejándonos guiar por SU voluntad.
Tener fe en Dios es demostrar que nuestra fe no se basa en sentimientos o emocionalismos sino en decisiones firmes y que somos capaces de dejar todo a un lado para llegar a ver con nuestros ojos, sus promesas cumplidas. 


El poder de la fé y la oración

Una semilla de mostaza... ¡puede cambiar tu vida!

De seguro, buena parte de ustedes habrá leído o escuchado esta parábola de Jesús: “el Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que sembramos en el campo; siendo la más pequeña de las semillas, al crecer se transforma en la más grande de las hortalizas y llega a hacerse árbol, de suerte que las aves vienen a anidar en sus ramas”.

Una semilla de mostaza... ¡puede cambiar tu vida!Confieso que también cometí el mismo error.

Si gustan, acérquense; tomen una silla; dejen que les cuente…

De seguro, buena parte de ustedes habrá leído o escuchado esta parábola de Jesús: “el Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que sembramos en el campo; siendo la más pequeña de las semillas, al crecer se transforma en la más grande de las hortalizas y llega a hacerse árbol, de suerte que las aves vienen a anidar en sus ramas”.

Inspirado por las palabras del Nazareno, busqué –primero en mi Enciclopaedia Barsa, luego en Internet- imágenes del célebre árbol de mostaza.

Busqué y busqué… ¡pero no las hallé! Y no fue por falta de fe o de investigación… lo que ocurre es que ese supuesto “árbol”… ¡no existe!

En mi soñadora ignorancia, yo imaginaba al árbol de mostaza tan encumbrado como una secuoya –esos gigantes milenarios que alcanzan hasta los 100 metros de altura en los bosques de California (EE.UU.).

Me equivoqué. En realidad, la mostaza es una hortaliza (tal como ya me lo decía el texto bíblico)… y el ejemplar más alto llega a los 35 centímetros.

En todo caso, árbol u hortaliza, estas ociosas consideraciones botánicas no invalidan el profundo significado espiritual de la parábola de Jesús.

La semilla de mostaza es tan pequeña… ¡que resulta difícil de ver! Mide apenas una décima de milímetro de largo: ¡es casi intangible! Algunas personas usan un dije en forma de globo de cristal cuyo interior guarda una de estas mínimas simientes. Simbolizan así su fe en el Creador... su confianza en que el poder absoluto (invisible) del Uno prevalece sobre las circunstancias (visibles) del mundo físico.

En otro segmento de los evangelios, Jesús reitera –de modo tajante- que la perceptible realidad material se subordina al imperceptible orden del Espíritu. Una vez más, usa el símbolo de la semilla de mostaza: “Entonces los apóstoles le dijeron a Jesús: ¡Aumenta nuestra fe! Respondió Jesús: Si ustedes tuvieran una fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a esta montaña: 'muévete y échate en el mar', y les obedecería”.

Felizmente, esta enseñanza del sabio ebanista hebreo no ha caído en saco roto.

¡Sí! Existe una pequeña ciudad francesa que ha puesto en práctica durante siglos –y de manera literal- este sabio precepto de fe expuesto por el Maestro Jesús: la urbe de Dijon. Con poco más de 200 mil almas, Dijon está ubicada en la región de Borgoña, afamada por sus vinos. No obstante, el producto que la identifica es su mostaza, presente en gran parte de los supermercados del planeta.

En las recetas de alta gastronomía, es común leer que los chefs recomiendan la mostaza de Dijon. Y es que el preparado dijonés prevalece sobre sus competidores por su sabor y calidad únicos.

Alrededor de esta hortaliza, la pequeña Dijon (una de las ciudades con mejor calidad de Vida en el mundo) ha construido un enorme emporio. Materializó en la Tierra un peculiar Reino de los Cielos, poniendo su fe en un producto aparentemente insignificante.

Algunos países poseen grandes riquezas minerales: oro, petróleo, hierro, plata, bauxita, uranio. No obstante, buena parte de sus pobladores viven en atroz estado de pobreza. ¡Tal vez a todos nos haga falta tener esa fe del tamaño de una semilla de mostaza que exhiben los dijoneses!

De hecho, uno de los más connotados hijos de esa ciudad tuvo una fe que movió literalmente montañas –tal como sugiere Jesús. El 15 de diciembre de 1832, Alexandre Gustave Eiffel nació en Dijon.

En 1855, se graduó de químico; con los años devino en constructor. En 1867, fundó Eiffel et Cie., consorcio que adquirió gran prestigio internacional en el uso del hierro; erigió cientos de importantes estructuras (puentes, estaciones de trenes, grúas, torres, túneles) a lo largo y ancho de Europa.

Su obra más famosa es, por supuesto, la Torre Eiffel, inaugurada en 1889 en París. También diseñó la estructura interna de la Estatua de la Libertad, que alza su flamante pebetero en la ciudad de Nueva York (EE.UU.).

De tal modo, la fe de Eiffel –grande como la semilla de la parábola bíblica; fértil como su natal campiña dijonesa- le permitió “mover” sus famosas montañas de acero y concreto hacia las ciudades más renombradas del orbe.

Nosotros no somos diferentes de Eiffel y sus paisanos: en nuestro corazón también anida una intangible simiente divina que espera ser plantada y regada con nuestra fe para que crezca y nos provea con sus más felices frutos.

¿La cultivaremos o dejaremos pasar la Vida sin hacer uso de su ilimitada potencialidad? ¿Te animas, lector (a), a erigir y mover tus propias montañas?

Rezo para que este humilde texto mío sea como una semilla de mostaza que haga fructificar en ti todo el Amor y Poder del Padre-Madre… ¡que es Uno e infinito!

CONCLUSION
ESA FE EN DIOS ES LA FUERZA QUE DEBE MOVER A LA IGLESIA. PROBLAMENTE EN ESTOS MOMENTOS EXISTAN MUCHAS FUERZAS INVOLUCRADAS EN LA IGLESIA, LAMENTABLEMENTE HASTA LA CORRUPCION Y MANIPULACION. PERO DEBEMOS TENER EN CUENTA QUE LA FE MUEVE MONTAÑAS Y ESA FUERZA ES LA QUE NOS MUEVE A SER MEJORES SEGUIDORES DE DIOS Y MEJORES PERSONAS. LA IGLESIA LA CONFORMA LAS PERSONAS Y SI LA FE MUEVE PERSONAS LA FE MUEVE A LA IGLESIA.

jueves, 25 de noviembre de 2010

MENSAJE DE LA SEMANA
A LOS EFESIOS CAP 1
EL MISTERIO DE CRISTO Y DE LA IGLESIA
El plan de salvación
1:3 Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en Cristo
con toda clase de bienes espirituales en el cielo,
1:4 y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo,
para que fuéramos santos
e irreprochables en su presencia, por el amor.
1:5 Él nos predestinó a ser sus hijos adoptivos
por medio de Jesucristo,
conforme al beneplácito de su voluntad,
1:6 para alabanza de la gloria de su gracia,
que nos dio en su Hijo muy querido.
1:7 En él hemos sido redimidos por su sangre
y hemos recibido el perdón de los pecados,
según la riqueza de su gracia,
1:8 que Dios derramó sobre nosotros,
dándonos toda sabiduría y entendimiento.
1:9 Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad,
conforme al designio misericordioso
que estableció de antemano en Cristo,
1:10 para que se cumpliera en la plenitud de los tiempos:
reunir todas las cosas, las del cielo y las de la tierra,
bajo un solo jefe, que es Cristo.
1:11 En él hemos sido constituidos herederos,
y destinados de antemano —según el previo designio
del que realiza todas las cosas conforme a su voluntad—
1:12 a ser aquellos que han puesto su esperanza en Cristo,
para alabanza de su gloria.

1:13 En él, ustedes,
los que escucharon la Palabra de la verdad,
la Buena Noticia de la salvación,
y creyeron en ella,
también han sido marcados con un sello
por el Espíritu Santo prometido.
1:14 Ese Espíritu es el anticipo de nuestra herencia
y prepara la redención del pueblo
que Dios adquirió para sí,
para alabanza de su gloria.
La supremacía de Cristo
1:
15 Por eso, habiéndome enterado de la fe que ustedes tienen en el Señor Jesús y del amor que demuestran por todos los hermanos,
1:16 doy gracias sin cesar por ustedes, recordándolos siempre en mis oraciones.
1:17 Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente.
1:18 Que él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los santos,
1:19 y la extraordinaria grandeza del poder con que él obra en nosotros, los creyentes, por la eficacia de su fuerza. Este es el mismo poder
1:20 que Dios manifestó en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo,
1:21 elevándolo por encima de todo Principado, Potestad, Poder y Dominación, y de cualquier otra dignidad que pueda mencionarse tanto en este mundo como en el futuro.
1:22 Él puso todas las cosas bajo sus pies y lo constituyó, por encima de todo, Cabeza de la Iglesia,
1:23 que es su Cuerpo y la Plenitud de aquel que llena completamente todas las cosas



Pensamientos y frases de la comunidad Ceiba  Frases individuales
Todos deseamos llegar a viejos; y todos negamos que hemos llegado. (Francisco de Quevedo )
Gran libro es la vejez. ¡Lástima que el hombre tenga que morirse cuando comienza a leerlo con provecho!. (Jose María de Pereda)
Los viejos desconfían de la juventud porque han sido jóvenes. (William Shakespeare)
Todo el mundo quisiera vivir largo tiempo, pero nadie querría ser viejo. (Jonathan Swift )
El hombre es el único que envejece; todo lo demás rejuvenece en torno suyo cada día. (Louis Charles Alfred de Musset)







EDITORIAL DE LA SEMANA
COP 16 genera mas de 6 000 empleos directos
La realización de la Cumbre Mundial de Cambio Climático, que se efectuará del 29 de este mes al 10 de diciembre, generó seis mil trabajos más en Cancún, de los cuales 50% son temporales, informó Carlos Hernández Blanco, secretario del Trabajo y Previsión Social de la entidad. Agregó que ante las perspectivas que generará este evento internacional, el sector hotelero repuntó en cuanto a la búsqueda de personal, tanto de base como temporal, situación que beneficiará a muchas personas que llevan tiempo sin conseguir empleo.
Con relación a los trabajos más solicitados por el sector hotelero, el funcionario comentó que son bar tenders, camaristas, meseros, mozos de áreas públicas, seguridad, recepcionistas y auxiliares contables, entre otros.
Hernández Blanco comentó que los empleos temporales que brinda el sector hotelero son por espacio de seis meses, lapso en el cual los trabajadores tienen la opción de asistir a los diferentes cursos de capacitación que se les brindan y mejorar con ello el nivel de atención que dan al visitante.
En este punto dejó en claro que el hotelero invierte mucho en el rubro de la capacitación, porque no solamente compite en atención, servicio y calidad con destinos nacionales, sino con sitios internacionales.
Además que la hotelería en Quintana Roo requiere cada vez de personal mejor preparado, ya que la competencia por el mercado turístico es cada vez mayor.







UN ANCIANO NO ES SER INÚTIL
“Los viejos son niños avergonzados
que a la plaza vuelven a buscar el sol
y entretienen a un grupo de palomas
mientras pasa la vida alrededor”.
(Fernando
Ubiergo )

Es muy triste saber que al llegar al final del camino del mejor viaje de nuestra existencia, el de la vida, nos encontremos con muchos tropiezos, como está pasando en la actualidad con los adultos mayores. Son muchos los factores en contra, pero también existen otros a favor y lo importante es armonizar ello y resignificar culturalmente la vejez, dándole la importancia que merece.
Uno de los factores que pueden tomarse a favor o en contra es la capacidad intelectual, pues generalmente se cree que esta capacidad con el paso de los años disminuye y esa tendencia lamentablemente también se imprime en los ancianos haciendo perder la confianza en sí mismos, el interés o la falta de motivación. Pero de acuerdo con Papalia1 se han realizado tests psicológicos a gente de diversas edades demostrándose que el Adulto Mayor resuelve con más sabiduría ciertos dilemas que se le han planteado. Por lo tanto, es verdad que un anciano, enfrenta con desventajas ciertas actividades laborales o de la vida diaria, pero en aquellas tareas que se privilegia el buen criterio o la experiencia, puede ofrecer ventajas respecto de las personas más jóvenes.
Otro factor mal visto es la tendencia a la depresión, pero “los episodios depresivos pueden darse a cualquier edad y sus síntomas son diferentes en personas de distintas edades”.2 Sin embargo, existen muchas razones para que sea más propenso ello, pues en esta edad se sufren muchas aflicciones que la mayoría de veces son molestas, por ejemplo, se ha perdido a su cónyuge, hermanos, amigos y a veces a los hijos; toma medicinas que alteran la disposición del ánimo y sienten que no tienen ningún control sobre sus vidas. Cualquiera de estos factores puede hacer que una persona se deprima.3
Sin embargo, existen otras variables que pueden ser buenas como el hecho de ser abuelo (a), lo que le permite a la persona suplir la necesidad de tener un rol en la familia y pues la tarea de ser abuelo o abuela puede entregar un enorme significado a la vida de una persona mayor. Un estudio del año 1994 citado por Papalia, reveló que dos tercios de los abuelos que ejercían alguna labor de custodia con sus nietos, le encontraban más sentido a sus vidas que aquellos que no tenían mayor relación con su descendencia.
También hay que valorar al Adulto Mayor y reconocer su rol, pero eso depende también de toda la sociedad, otro ejemplo que nos cita Papalia es que en China, desde 1980 se han fundado más de ochocientas de las llamadas “Universidades para Ancianos”, lo que demuestra no sólo el compromiso chino con la población Adulta Mayor, sino también la disposición y capacidad de los ancianos para aprender. Este hecho es un elemento fundamental en la relación con los mayores. Se trata de tenerlos en cuenta, pero no por una deferencia respetuosa hacia ellos, sino por un genuino aprecio al aporte que hacen en su comunidad, entonces como colombianos también podemos emprender algo en este sentido.
Existe otro factor como lo es la inminencia de la muerte, pues es verdad que no hay fecha para la muerte de cada persona, pero una persona mayor esta más propensa a ello, pero ante ello, también hay que mirar la parte positiva, Papalia nos cita en su libro que la psiquiatra Elizabeth Kubler-Ross, quien ha estudiado muchos casos de gente al morir, afirma que “la mayoría de los moribundos agradece la oportunidad de conversar abiertamente sobre su condición y están conscientes de que la muerte se aproxima aunque no se les haya dicho”.
Adicionalmente hay que recapacitar de que un aciano "teme desesperadamente a la muerte, expresado en el sentimiento de que el tiempo es ahora corto para volver a comenzar otra vida y buscar caminos alternativos hacia la integridad".
Por lo tanto, hay que brindarle en lo posible ayuda, acompañamiento, actividades que lo hagan sentir útil y en sí todo lo que este a nuestro alcance para que se sientan bien. Algo que dejó mucho que pensar, son las palabras de una anciana 79 años que cita Papalia en su obra y son las siguientes: “No siento pena por mí, ahora que me voy. No tengo miedo a la muerte. Solamente tengo miedo de vivir así". Son unas duras palabras, que llevan a reflexionar sobre el trato que se está dando a las personas mayores y que igual todos llegaremos a esa etapa.
Existen muchas variables para analizar, y para dignificar al Adulto mayor, se deben mirar todas por el lado positivo y algo importante es que se trabajen en sus necesidades tales como la de dar un nuevo sentido a la vida, de que no se sientan solos, de apoyarlos y asistirlos en problemas de salud, en no ser indiferentes ante la desprotección de los Adultos Mayores más necesitados. Pero entre todo, algo básico es hacerlo sentir útiles, no relegarlos y dejarlos a un lado, darles su importancia en la vida social, de tener un rol en la familia.

Algo adicional es no apoyar o darle fuerza a la cultura que esta en contra de la vejez y la muerte, que quiere combatirla y que no observa que hay muchas cosas a reconocer en un Adulto Mayor, como es la experiencia, la sabiduría, el intelecto entre otras cosas más que se deben valorar y permitir que se sigan cultivando. Pues hay que apoyar a los ancianos a hacer deporte, a desarrollar más su mente, a realizar diferentes actividades, ya que el trabajo y la actividad producen felicidad y mejoran la salud mental
Para ir redondeando tomo unas palabras de otro texto de Papalia, que pueden sintetizar muy bien esta reflexión y son las siguientes:“la vejez, es fruto de toda nuestra existencia, si hemos vivido a plenitud las etapas anteriores, reflejaremos optimismo, felicidad, capacidad para dar y recibir; posibilidad para transmitir la inmensa sabiduría que poseen las personas mayores, como forjadores de nuestra cultura, nuestra sociedad”.
De acuerdo a todo lo considerado se puede terminar diciendo que lo importante es tener una relación basada en el amor y en un respeto profundo por la etapa que esta atravesando el adulto mayor, apoyarlo en lo que este a nuestro alcance y brindarle una actitud positiva, reconocer su experiencia, sabiduría, paciencia, afecto, entre otros aspectos. Y algo fundamental es no apoyar lo que la cultura actual esta queriendo imponer como es la reexaltación de lo joven, lo transitorio y lo veloz; sino que más bien velar por la estima de todas las etapas de la vida, de integrar, valorar y acoger al adulto mayor, recapacitando en que la edad avanzada no es signo de decaimiento o incapacidad intelectual, ni de amargura y enfermedad; sino que existen muchas cosas que todavía nos pueden brindar.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Los ancianos en la Sagrada Escritura

“ Juventud y pelo negro, vanidad ”, observa el Eclesiastés (11, 10). La Biblia no se recata en llamar la atención sobre la caducidad de la vida y del tiempo, que pasa inexorablemente, a veces con un realismo descarnado: “ ¡Vanidad de vanidades! [...] ¡vanidad de vanidades, todo vanidad! ” (Qo 1, 2). ¿Quién no conoce esta severa advertencia del antiguo Sabio? Nosotros los ancianos, especialmente nosotros, enseñados por la experiencia, lo entendemos muy bien.

No obstante este realismo desencantado, la Escritura conserva una visión muy positiva del valor de la vida. El hombre sigue siendo un ser creado “ a imagen de Dios ” (cf. Gn 1, 26) y cada edad tiene su belleza y sus tareas. Más aún, la palabra de Dios muestra una gran consideración por la edad avanzada, hasta el punto de que la longevidad es interpretada como un signo de la
benevolencia divina (cf. Gn 11, 10-32). Con Abraham, del cual se subraya el privilegio de la ancianidad, dicha benevolencia se convierte en promesa: “ De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y sé tú una bendición.
Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan. Por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra ” (Gn 12, 2-3). Junto a él está Sara, la mujer que vio envejecer su propio cuerpo pero que experimentó, en la limitación de la carne ya marchita, el poder de Dios, que suple la insuficiencia humana. Moisés es ya anciano cuando Dios le confía la misión de hacer salir de Egipto al pueblo elegido. Las grandes obras realizadas en favor de Israel por mandato del Señor no las lleva a cabo en su juventud, sino ya entrado en años. Entre otros ejemplos de ancianos, quisiera citar la figura de Tobías, el cual, con humildad y valentía, se compromete a observar la ley de Dios, a ayudar a los necesitados y a soportar con paciencia la ceguera hasta que experimenta la intervención finalmente sanadora del ángel de Dios (cf. Tb 3, 16-17); también la de Eleazar, cuyo martirio es un testimonio de singular generosidad y fortaleza (cf. 2 Mac 6, 18-31).

 El Nuevo Testamento, inundado de la luz de Cristo, nos ofrece asimismo figuras elocuentes de ancianos. El Evangelio de Lucas comienza presentando una pareja de esposos “ de avanzada edad ” (1, 7), Isabel y Zacarías, los padres de Juan Bautista. A ellos se dirige la misericordia del Señor (cf. Lc 1, 5-25. 39-79); a Zacarías, ya anciano, se le anuncia el nacimiento de un hijo. Lo subraya él mismo: “ yo soy viejo y mi mujer avanzada en edad ” (Lc 1, 18). Durante la visita de María, su
anciana prima Isabel, llena del Espíritu Santo, exclama: “ Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno ” (Lc 1, 42).
Al nacer Juan Bautista, Zacarías proclama el himno del Benedictus. He aquí una admirable pareja de ancianos, animada por un profundo espíritu de oración.

En el templo de Jerusalén, María y José, que habían llevado a Jesús para ofrecerlo al Señor o, mejor dicho, para rescatarlo como primogénito según la Ley, se encuentran con el anciano Simeón, que durante tanto tiempo había esperado la venida del Mesías. Tomando al niño en sus brazos, Simeón bendijo a Dios y entonó el Nunc dimitis: “ Ahora, Señor, puedes, según tu
palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz... ” (Lc 2, 29).

Junto a él encontramos a Ana, una viuda de ochenta y cuatro años que frecuentaba asiduamente el Templo y que tuvo en aquella ocasión el gozo de ver a Jesús. Observa el Evangelista que se puso a alabar a Dios “ y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén ” (Lc 2, 38).

Anciano es Nicodemo, notable miembro del Sanedrín, que visita a Jesús por la noche para que no lo vean. El divino Maestro le revelará que el Hijo de Dios es Él, venido para salvar al mundo (cf. Jn 3, 1-21). Volvemos a encontrar a Nicodemo en el momento de la sepultura de Cristo, cuando, llevando una mezcla de mirra y áloe, supera el miedo y se manifiesta como discípulo del Crucificado (cf. Jn 19, 38-40). ¡Qué testimonios tan confortadores! Nos recuerdan cómo el Señor, en cualquier edad, pide a cada uno que aporte sus propios talentos. ¡El servicio al Evangelio no es una cuestión de edad!

Y, ¿qué podemos decir del anciano Pedro, llamado a dar testimonio de su fe con el martirio? Un día, Jesús le había dicho: “cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras ” (Jn 21, 18). Como Sucesor de Pedro, estas palabras me afectan muy directamente y me hacen sentir profundamente la necesidad de tender las manos hacia las de Cristo, obedeciendo su mandato: “ Sígueme ” (Jn 21, 19).

El Salmo 92 [91], como sintetizando los maravillosos testimonios de ancianos que encontramos en la Biblia, proclama: “ El justo crecerá como una palmera, se alzará como un cedro del Líbano; [...] En la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso para proclamar que el Señor es justo ” (13, 15-16). El apóstol Pablo, haciéndose eco del Salmista, escribe en la carta a Tito: “ que los ancianos sean sobrios, dignos, sensatos, sanos en la fe, en la caridad, en la paciencia, en el sufrimiento; que las ancianas asimismo sean en su porte cual conviene a los santos [...]; para que enseñen a las jóvenes a ser amantes de sus maridos y de sus hijos ” (2, 2-5).

Así pues, a la luz de la enseñanza y según la terminología propia de la Biblia, la vejez se presenta como un “ tiempo favorable ” para la culminación de la existencia humana y forma parte del proyecto divino sobre cada hombre, como ese momento de la vida en el que todo confluye, permitiéndole de este modo comprender mejor el sentido de la vida y alcanzar la “ sabiduría del
corazón ”. “ La ancianidad venerable —advierte el libro de la Sabiduría— no es la de los muchos días ni se mide por el número de años; la verdadera canicie para el hombre es la prudencia, y la edad provecta, una vida inmaculada ” (4, 8-9). Es la etapa definitiva de la madurez humana y, a la vez, expresión de la bendición divina.

CARTA DE JUAN PABLO SEGUNDO A LOS ANCIANOS

1. Setenta eran muchos años en el tiempo en que el Salmista escribía estas palabras, y eran pocos los que los superaban; hoy, gracias a los progresos de la medicina y a la mejora de las condiciones sociales y económicas, en muchas regiones del mundo la vida se ha alargado notablemente. Sin embargo, sigue siendo verdad que los años pasan aprisa; el don de la vida, a pesar de la fatiga y el dolor, es demasiado bello y precioso para que nos cansemos de él.

He sentido el deseo, siendo yo también anciano, de ponerme en diálogo con vosotros. Lo hago, ante todo, dando gracias a Dios por los dones y las oportunidades que hasta hoy me ha concedido en abundancia. Al recordar las etapas de mi existencia, que se entremezcla con la historia de gran parte de este siglo, me vienen a la memoria los rostros de innumerables personas, algunas de ellas particularmente queridas: son recuerdos de hechos ordinarios y extraordinarios, de momentos alegres y de episodios marcados por el sufrimiento. Pero, por encima de todo, experimento la mano providente y misericordiosa de Dios Padre, el cual “ cuida del mejor modo todo lo que existe ” (1) y que “ si le pedimos algo según su voluntad, nos escucha ” (1 Jn 5, 14). A Él me dirijo con el Salmista: “ Dios mío, me has instruido desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas, ahora, en la vejez y las canas, no me abandones, Dios mío, hasta que describa tu brazo a la nueva generación, tus proezas y tus victorias excelsas ” (Sal 71[70], 17-18).

Mi pensamiento se dirige con afecto a todos vosotros, queridos ancianos de cualquier lengua o cultura. Os escribo esta carta en el año que la Organización de las Naciones Unidas, con buen criterio, ha querido dedicar a los ancianos para llamar la atención de toda la sociedad sobre la situación de quien, por el peso de la edad, debe afrontar frecuentemente muchos y difíciles problemas.

El Pontificio Consejo para los Laicos ha ofrecido ya valiosas pautas de reflexión sobre este tema.(2) Con la presente carta deseo solamente expresaros mi cercanía espiritual, con el estado de ánimo de quien, año tras año, siente crecer dentro de sí una comprensión cada vez más profunda de esta fase de la vida y, en consecuencia, se da cuenta de la necesidad de un contacto más inmediato con sus coetáneos, para tratar de las cosas que son experiencia común, poniéndolo todo bajo la mirada de Dios, el cual nos envuelve con su amor y nos sostiene y conduce con su providencia.

2. Queridos hermanos y hermanas: a nuestra edad resulta espontáneo recorrer de nuevo el pasado para intentar hacer una especie de balance. Esta mirada retrospectiva permite una valoración más serena y objetiva de las personas que hemos encontrado y de las situaciones vividas a lo largo del camino. El paso del tiempo difumina los rasgos de los acontecimientos y suaviza sus aspectos dolorosos. Por desgracia, en la existencia de cada uno hay sobradas cruces y tribulaciones. A veces se trata de problemas y sufrimientos que ponen a dura prueba la resistencia psicofísica y hasta conmocionan quizás la fe misma.
No obstante, la experiencia enseña que, con la gracia del Señor, los mismos sinsabores cotidianos contribuyen con frecuencia a la madurez de las personas, templando su carácter.

La reflexión que predomina, por encima de los episodios particulares, es la que se refiere al tiempo, el cual transcurre inexorable. “ El tiempo se escapa irremediablemente ”, sentenciaba ya el antiguo poeta latino.(3) El hombre está sumido en el tiempo: en él nace, vive y muere. Con el nacimiento se fija una fecha, la primera de su vida, y con su muerte otra, la última. Es el alfa y la omega, el comienzo y el final de su existencia terrena, como subraya la tradición cristiana al esculpir estas letras del alfabeto griego en las lápidas sepulcrales.

No obstante, aunque la existencia de cada uno de nosotros es limitada y frágil, nos consuela el pensamiento de que, por el alma espiritual, sobrevivimos incluso a la muerte. Además, la fe nos abre a una “ esperanza que no defrauda ” (cf. Rm 5, 5), indicándonos la perspectiva de la resurrección final. Por eso la Iglesia usa en la Vigilia pascual estas mismas letras con referencia a Cristo vivo, ayer, hoy y siempre: Él es “ principio y fin, alfa y omega. Suyo es el tiempo y la eternidad ”.(4) La existencia humana, aunque está sujeta al tiempo, es introducida por Cristo en el horizonte de la inmortalidad. Él “ se ha hecho hombre entre los hombres, para unir el principio con el fin, esto es, el hombre con Dios ”.(5)

Un siglo complejo hacia un futuro de esperanza

3. Al dirigirme a los ancianos, sé que hablo a personas y de personas que han realizado un largo recorrido (cf. Sb 4, 13).
Hablo a los de mi edad; me resulta fácil, por tanto, buscar una analogía en mi experiencia personal. Nuestra vida, queridos hermanos y hermanas, ha sido inscrita por la Providencia en este siglo XX, que ha recibido una compleja herencia del pasado y ha sido testigo de numerosos y extraordinarios acontecimientos.

Como tantas otras épocas de la historia, nuestro siglo ha conocido luces y sombras. No todo han sido penumbras. Hay muchos aspectos positivos que han sido el contrapeso de otros negativos o han surgido de éstos últimos, como una beneficiosa reacción de la conciencia colectiva. No obstante, es cierto —y sería tan injusto como peligroso olvidarlo— que se han producido daños inauditos, que han incidido en la vida de millones y millones de personas. Bastaría pensar en los conflictos surgidos en diversos continentes, debidos a contenciosos territoriales entre Estados o al odio entre diversas etnias. Tampoco se han de considerar menos graves las condiciones de pobreza extrema de amplios sectores sociales en el Sur del mundo, el vergonzoso fenómeno de la discriminación racial y la sistemática violación de los derechos humanos en muchos países. Y, en
fin, ¿qué decir de los grandes conflictos mundiales?

Sólo en la primera parte del siglo hubo dos, de una magnitud hasta entonces desconocida por las muertes y la destrucción ocasionadas. La primera guerra mundial segó la vida de millones de soldados y civiles, truncando la existencia de muchos seres humanos casi en la adolescencia o incluso en su niñez. Y, ¿qué decir de la segunda guerra mundial? Estalló tras pocos años de
una relativa paz en el mundo, especialmente en Europa, y fue más trágica que la anterior, con tremendas consecuencias para las naciones y los continentes. Fue guerra total, una inaudita explosión de odio que se abalanzó brutalmente también sobre la inerme población civil y destruyó generaciones enteras. Fue incalculable el tributo pagado en los diversos frentes al delirio bélico y terroríficos los estragos llevados a cabo en los campos de exterminio, auténticos Gólgotas de la época contemporánea.

Durante muchos años, en la segunda mitad del siglo, se ha vivido la pesadilla de la guerra fría, esto es, la confrontación entre los dos grandes bloques ideológicos contrapuestos, el Este y el Oeste, con una desenfrenada carrera de armamentos y la amenaza constante de una guerra atómica capaz de destruir la humanidad entera.(6) Gracias a Dios, esta página oscura se ha terminado con la caída en Europa de los regímenes totalitarios opresivos, como fruto de una lucha pacífica, que ha empuñado las armas de la verdad y la justicia.(7) Se ha comenzado así un arduo pero provechoso proceso de diálogo y reconciliación orientado a instaurar una convivencia más serena y solidaria entre los pueblos.

No obstante, demasiadas Naciones están todavía muy lejos de experimentar los beneficios de la paz y la libertad. En los últimos meses, el violento conflicto surgido en la región de los Balcanes, que ya en los años precedentes había sido teatro de una terrible guerra de carácter étnico, ha suscitado gran conmoción; se ha derramado más sangre, se han intensificado las destrucciones y se han alimentado nuevos odios. Ahora, cuando finalmente el fragor de las armas se ha apaciguado, se comienza a pensar en la reconstrucción en la perspectiva del nuevo milenio. Pero, mientras tanto, siguen propagándose también en otros continentes numerosos focos de guerra, a veces con masacres y violencias olvidadas demasiado pronto por las crónicas.

4. Aunque estos recuerdos y estas dolorosas situaciones actuales nos entristecen, no podemos olvidar que nuestro siglo ha visto surgir múltiples aspectos positivos, los cuales son, al mismo tiempo, motivos de esperanza para el tercer milenio. Así, se ha acrecentado —aunque entre tantas contradicciones, especialmente en lo que se refiere al respeto de la vida de cada ser humano— la conciencia de los derechos humanos universales, proclamados en declaraciones solemnes que comprometen a los pueblos.

Asimismo, se ha desarrollado el sentido del derecho de los pueblos al autogobierno, en el marco de relaciones nacionales e internacionales inspirados en la valoración de las identidades culturales y, al mismo tiempo, al respeto de las minorías. La caída de los sistemas totalitarios, como los del Este europeo, ha hecho percibir mejor y más universalmente el valor de la democracia y del libre mercado, aunque planteando el gran desafío de compaginar la libertad y la justicia social.

También se ha de considerar un gran don de Dios el que las religiones estén intentando, cada vez con mayor determinación, un diálogo que les permita ser un factor fundamental de paz y de unidad para el mundo.

Tampoco se ha de olvidar que aumenta en la conciencia común el debido reconocimiento a la dignidad de la mujer.
Indudablemente, queda aún mucho camino por andar, pero se ha trazado el rumbo a seguir. También es motivo de esperanza el auge de las comunicaciones que, favorecidas por la tecnología actual, permiten superar los límites tradicionales y hacernos sentir ciudadanos del mundo.

Otro campo importante en el que se ha madurado es la nueva sensibilidad ecológica, la cual merece ser alentada. También son factores de esperanza los grandes progresos de la medicina y de las ciencias aplicadas al bienestar del hombre.

Así pues, hay tantos motivos por los que debemos dar gracias a Dios. A pesar de todo, este final de siglo presenta grandes posibilidades de paz y de progreso. De las mismas pruebas por las que ha pasado nuestra generación surge una luz capaz de iluminar los años de nuestra vejez. Se confirma así un principio muy entrañable para la tradición cristiana: “ Las tribulaciones no
sólo no destruyen la esperanza, sino que son su fundamento ”.(8)

Por tanto, mientras el siglo y el milenio están llegando a su ocaso y se vislumbra ya el alba de una nueva época para la humanidad, es importante que nos detengamos a meditar sobre la realidad del tiempo que pasa con rapidez, no para resignarnos a un destino inexorable, sino para valorar plenamente los años que nos quedan por vivir.

El otoño de la vida

5. ¿Qué es la vejez? A veces se habla de ella como del otoño de la vida —como ya decía Cicerón (9) —, por analogía con las estaciones del año y la sucesión de los ciclos de la naturaleza. Basta observar a lo largo del año los cambios de paisaje en la montaña y en la llanura, en los prados, los valles y los bosques, en los árboles y las plantas. Hay una gran semejanza entre los biorritmos del hombre y los ciclos de la naturaleza, de la cual él mismo forma parte.

Al mismo tiempo, sin embargo, el hombre se distingue de cualquier otra realidad que lo rodea porque es persona. Plasmado a imagen y semejanza de Dios, es un sujeto consciente y responsable. Aún así, también en su dimensión espiritual el hombre experimenta la sucesión de fases diversas, igualmente fugaces. A San Efrén el Sirio le gustaba comparar la vida con los dedos
de una mano, bien para demostrar que los dedos no son más largos de un palmo, bien para indicar que cada etapa de la vida, al igual que cada dedo, tiene una característica peculiar, y “ los dedos representan los cinco peldaños sobre los que el hombre avanza ”.(10)

Por tanto, así como la infancia y la juventud son el periodo en el cual el ser humano está en formación, vive proyectado hacia el futuro y, tomando conciencia de sus capacidades, hilvana proyectos para la edad adulta, también la vejez tiene sus ventajas porque —como observa San Jerónimo—, atenuando el ímpetu de las pasiones, “ acrecienta la sabiduría, da consejos más
maduros ”.(11) En cierto sentido, es la época privilegiada de aquella sabiduría que generalmente es fruto de la experiencia, porque “ el tiempo es un gran maestro ”.(12) Es bien conocida la oración del Salmista: “ Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato ” (Sal 90 [89], 12).

madre teresa.

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Problemática de Cancún

 
*La solución de la problemática para darle un destino final a las 800 toneladas de basura que diariamente genera Cancún, podría definirse en los próximos días, como otro de los "logros" a resaltar en la próxima Cumbre de las Partes sobre Cambio Climático, que se efectuará en noviembre.
*CANCÚN, MX.- La solución de la problemática para darle un destino final a las 800 toneladas de basura que diariamente genera Cancún, podría definirse en los próximos días, como otro de los "logros" a resaltar en la próxima Cumbre de las Partes sobre Cambio Climático, que se efectuará en esta ciudad en noviembre.
*El secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Rafael Elvira; el gobernador del estado, Félix González Canto y el presidente municipal de Benito Juárez, Jaime Hernández han abordado ya el tema.
*Elvira Quesada anticipó que para antes del evento mundial, se tendrán definiciones, pues se trabaja en una estrategia para presentar a Cancún como un destino sustentable, lo que incluye la resolución de coyunturas como la de la basura.
*"Ayer (anteayer) ya tuvimos un acuerdo con el alcalde y también con el señor gobernador; yo lo que les digo es que vamos a hacer un solo frente, vamos a resolver uno a uno los problemas que tiene Cancún y buscamos mostrar la mejor cara sustentable de Cancún, esto no quiere decir que Cancún hizo todo perfecto.
*"Sí vamos a solucionar, entre otros, el problema de los residuos sólidos en Cancún", expresó.
*El funcionario federal descartó que Cancún se encuentre en una contingencia ambiental por la deficiente recolección de basura en las calles, hogares y comercios e informó que la solución que se busca no es necesariamente la de construir sólo un relleno sanitario, sino un sitio de manejo integral de los residuos sólidos, que permita confinar la mínima cantidad de desperdicios en un depósito.
 
*"Lo que sí estamos viendo que se da en algunos puntos es que los terrenos en Cancún puede ser de los más caros del mundo y no podemos seguir ampliando y ampliando celdas y rellenos sanitarios; tenemos que brincar un salto de rana para adelantarnos una tecnología más y hacer la separación de basura y el reciclamiento, el mercado de residuos y dejar lo que ya no sirve para nada en un relleno", manifestó.
*El gobernador se negó a ahondar en la ubicación del terreno para situar el nuevo confinamiento, debido a que se prevé hacer el anuncio formal en Chetumal, la próxima semana, cuando se den a conocer los detalles de la Estrategia Estatal y Peninsular de Cambio Climático y el Plan de Manejo de Residuos Sólidos.
*No obstante, el alcalde señaló que el predio estará hacia Puerto Morelos y que se tendrán que abrir accesos al sitio.
*"Hemos tenido diálogos, hemos tenido acuerdos; ya iniciaron algunos trabajos como parte de estos acuerdos, los cuales no sólo serán producto para un momento, para un evento (sic), sino quedarán como herencia para todos los Benito juarenses".
*El titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma), Javier Díaz Carvajal, adelantó que será en los próximos días cuando se haga pública la localización del predio, que previsiblemente se encontrará al sur de Cancún.
*"Ya se autorizó el proyecto constructivo de la celda así como la manifestación ambiental correspondiente, lo que aunado a la aprobación de los recursos, le da la viabilidad al ayuntamiento para iniciar de manera inmediata los trabajos de licitación para la ampliación a casi cuatro hectáreas del relleno, la cual tendrá un costo de 18 millones 72 mil pesos", manifestó.
 
*La cantidad restante se usará para elaborar el proyecto de saneamiento, en su primera etapa, de la celda que ya no es utilizada.
*"De los 22.5 millones de pesos autorizados para la ampliación del relleno sanitario, el ayuntamiento cuenta con 3.8 millones de pesos para el saneamiento de la celda que ya no es operada. Estaremos pendientes del trámite de las autoridades municipales al respecto", dijo.
*El sitio tiene que ser elegido conforme a las normas de planeación vigente, como la Norma Oficial Mexicana 083, que determina los criterios para la elección del sitio, construcción, operación y abandono de rellenos sanitarios en el país; los lineamientos de aeronáutica civil y el Programa de Ordenamiento Ecológico Local (POEL), que ya fueron analizados por las autoridades competentes. (Fuente: El Periódico POR ESTO.)